Jacinta

Jacinta

Etica, crisis de valores y derechos fundamentales - 2004

ETICA, CRISIS DE VALORES Y DERECHOS FUNDAMENTALES

PACTUM

Debo confesarles que me siento muy halagada a la vez que comprometida con el Dr. Tortorella, quien ha empeñado tantos esfuerzos en estos cursos. Constituye para mí un desafío, no fácil de superar por cierto, ante la diversidad de situaciones que compromete a los profesionales, estudiantes, empresarios, trabajadores enfrentados a las normas constitucionales, legales, códigos de conducta, reglamentos y relaciones convencionales de la vida real de nuestro país.-

El Dr. Tortorella me ha manifestado que en sus primeras clases reflexionó sobre ética en las transacciones inmobiliarias, lo que me exime del tratamiento puntual del tema.-

Concepto: Qué es la ética?
Ha sido definida como el enjuiciamiento de la conducta del ser humano, no importa el género (hombre o mujer) para determinar su conformidad con finalidades o valores que pretende cumplir mediante su acción.-

Etica y moral se tienen, casi siempre, como sinónimos, dado que las palabras griega y latina que le sirven de fundamentos, ETOS y MOS significan lo mismo: costumbre. García Mainez la define “como el conjunto de reglas de comportamiento y formas de vida, a través de las cuales tiende el hombre a realizar el valor de lo bueno”.-

En cuanto al fundamento, existe una diversidad muy grande de doctrinas, todas valiosas por cierto, pero referidas a distintos momentos históricos y geografías diversas.-

Lo que interesa se resumiría en tres etapas: 1) el individuo, como sujeto de determinadas conductas; 2) la sociedad dentro de la cual actúa ese individuo; 3) los principios a los cuales dicha conducta debe ajustarse. Lo importante es que estos principios pueden ser de tres clases: morales, jurídicos y convencionales. Los primeros regulan la conducta del hombre, en tanto individuo, persona; los segundos y terceros (jurídicos y convencionales) la enjuician del punto de vista social.-

Me parece adecuado encarar el desarrollo del tema abarcando los distintos aspectos deontológicos de la actividad social señalados, en forma pragmática y genérica, de manera de abarcar a todos los sectores de la actividad humana.-

Se dan cuenta lo complejo del estudio, sinceramente que no se cuáles pueden ser los resultados que yo pueda trasmitir para que sirvan de guía en una realidad cambiante como la nuestra, es un país con necesidades básica insatisfechas y altos índices de corrupción.-

Esto sucede, precisamente, con el concepto de ética y crisis de valores.-

Este creíble nexo refiere al aspecto positivo y negativo de las relaciones humanas, y en consecuencia, la manera de actuar, los pensamientos, aspiraciones, sentimientos, desaciertos, omisiones, compromisos, abusos, especulaciones, etc. etc.

Una de las primarias conclusiones de la antítesis ética - crisis de valores, es que la primera produce un poderoso atractivo, en tanto la segunda, un manifiesto rechazo. Las realidades contrapuestas generan las correspondientes defensas o reproches, aún prescindiendo de la suerte del resultado.-

A medida que se avanza en el desarrollo de esta reflexión nos damos cuenta que las realidades del quehacer humano y la crisis de valores operan como vasos comunicantes en uno u otro sentido, ambientando distintos resultados.-

En definitiva, todo pasa por el distingo entre lo bueno y lo malo, cuyas señales no la provee la ley positiva, ni los convencionalismos, ni los códigos de ética, ni el provecho contingente, ni el mal causado, sino la consulta diaria a los valores morales y necesariamente a la necesidad o voluntad de impulsar el acto cumplido o a cumplir.-

En suma, depende de los hombres y mujeres, cada uno desde su plaza, lugar de trabajo, público o privado, discernir, determinar con base real lo bueno y lo malo de sus actos personales orientados hacia los fines propuestos, lícitos o ilícitos, transparentes y ocultos, legítimos o corruptos,. No es cuestión de palabras, sino de contenido.-

En consecuencia, debemos partir de la base de que toda persona esta obligada a ajustar su comportamiento a principios de valor, tanto individuales como sociales. Debe observar postulados que contribuyan a realizar su propia dignidad individual o que signifiquen una contribución suya a la sociedad en que vive, para asegurar y hacer posible la convivencia de quienes la forman.-

Esos deberes tienen, indudablemente, consecuencias para la sociedad en que se vive. Los motivos por los cuales se infringen o por los que se hacen efectivos, constituyen decisión individual de cada uno.-

Me parece importante destacar que la adquisición de los principios éticos o morales son nociones que se adquieren en el seno de la familia. La Constitución Nacional, establece que “La familia es la base de nuestra sociedad. El Estado velará por su estabilidad moral y material, para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad” art. 40.-

Es aquí, en familia donde se trasmiten los principios éticos que rigen la vida personal; luego la escuela primaria hasta la universitaria completan la etapa de formación del hombre éticamente digno.-

La cuestión de la crisis de valores, se inserta entonces de lleno al evaluar su incidencia sobre las conductas, en el plano de nuestra dignidad, de la responsabilidad de cada uno, de la diligencia debida, de la voluntad de cumplir con lo justo.-

La recta aplicación de la normativa jurídica encuentra en la cultura legal y cívica interna y externa un componente importante.-

a) Por cultura legal y cívica interna se entiende la que es propia de jueces, fiscales, abogados, escribanos, contadores, procuradores, colaboradores técnicos, policías, militares, esto es, los denominados “operadores del derecho”(1), pero también se extiende al otro sector de profesionales que sirven a la comunidad por razones personales, económicas, sociales o en situaciones de emergencia, como médicos en sus distintas especialidades, psicólogos, enfermeros, asistentes sociales, odontólogos, arquitectos, ingenieros, rematadores, maestros, a los que los distingo como “operadores sociales”.- En ambas categorías, con igual grado de jerarquía e importancia, los niveles éticos afectan su responsabilidad profesional y social.-
b) Por cultura legal y cívica externa se entiende la que es propia del ciudadano común, hombre o mujer, sin distinción de raza, color de la piel, situación económica, política o filosófica.-
El grado de conocimiento, de los procedimientos legales e instituciones que las aplican, la forma de acceder a los centros públicos o privados, los sin títulos profesionales, el conocimiento de los derechos y obligaciones que comportan, la indispensable distinción entre derecho y favor y el desarrollo de la denuncia responsable, contenidos todos en la llamada “educación legal popular”, influyen e impactan el aspecto ético de toda relación o comportamiento tanto en cuanto a la carga de trabajo que deben asumir los operadores jurídicos y sociales señalados, como por el desarrollo de hábitos viciosos o corruptos para obtener la satisfacción de sus intereses.-

Es una voz de alerta para nuestros educando de todos los cursos que está desarrollando y emprenderá en el futuro nuestra Institución.-

No nos engañemos, los valores éticos están en crisis a raíz del avance de la corrupción - es una amenaza cada vez más peligrosa, coexiste con la holgura económica como con la pobreza y la desigualdad. Se propaga y avanza incontenible como las enfermedades contagiosas, es enfermedad social, se prevalece de las necesidades humanas, especula con los intereses ajenos, constituye uno de los problemas centrales para el desarrollo económico y social del país-

Aunque parezca una paradoja, también brota en los gobiernos democráticos como el nuestro, crece en las sombras, al amparo de la impunidad de los más fuertes, la visión externa no se desenmascara fácilmente. Es necesario contar con el tejido moral, constituido por el elemento humano, dispuesto a asegurar valores éticos en la conducción de la vida ciudadana.-

La lucha debe ser constante, no se ha logrado aún asumir la responsabilidad de una acción eficaz un pro de la prevalencia de los derechos humanos como herramienta util en el combate de la corrupción. Por eso reitero la afirmación de que los valores éticos están en crisis.-

Los seres humanos se unen instintivamente si se cuenta con un ámbito natural, transparente, como base del comportamiento de las instituciones públicas, de las privadas y de la sociedad civil en general.-

Cuando una comunidad como la nuestra, tiende a mejorar sus condiciones de vida, generalmente encuentra obstáculos derivados de conflictos sociales o de conductas políticas adversas, de dificultades económicas críticas, de ambiciones personales generadores de prácticas corruptas, que afectan a las clases más carenciadas, a la inoperancia e indiferencia de los órganos de control, los costos de los procedimientos investigatorios, la falta de pruebas para el logro de la evidencia y aún cierta permisilibidad.-

Se dan cuenta que hay una necesidad vital de militancia activa en incentivar, fortalecer los valores éticos y por cierto que no debe haber diferencias sociales, ni ningún motivo para que esos valores éticos dejen de ser pertinentes o carezcan de importancias, ni debe haber limitación en la lucha contra la corrupción, mal que en definitiva está erosionando nuestra tradición cívica.-

Hay una sed de ética en Uruguay.-

Tanto o más evidente, cuanto más se han verificado las consecuencias de las debilidades y defectos de los responsables de las estructuras estaduales a la luz de algunos acontecimientos ocurridos últimamente, por ejemplo lo que ocurrió con las maniobras de los bancos, algunos sometidos a la justicia y encarcelados, otros amparándose en influencias espurias, tráfico de influencias.-

Se ha perdido el sentido de lo ético a la par que la vigencia y protección de los derechos humanos, de la existencia de la dignidad humana.-

El Presidente de la Unión Internacional de Magistrados ha dicho – y con esto termino – que “Se ha observado que si el máximo de justicia puede derivar el juicio sustancias, el máximo posible de sociabilidad y solidaridad humanas, proviene de dar un contenido moral al cumplimiento de la ley y al respeto de ésta, incluso en sus “valores” formales, y que la rigidez de algunos imperativos esenciales es la única y verdadera garantía de los valores de igualdad y libertad”.-

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